¿Qué es la Soberanía Alimentaria?

La Soberanía Alimentaria es el derecho de los pueblos a definir su política agraria y alimentaria. También incluye el derechos de lxs campesinxs a producir alimentos y el derechos de lxs consumidorxs a decir qué consumir, cómo y quién lo produjo.

¿Cómo se logra la Soberanía Alimentaria?

Priorizando la producción agrícola local, además del acceso de lxs campesinxs a la tierra, al agua, a las semillas y al crédito. Para eso se necesitan reformas agrarias, libertad de acceso a las semillas, luchar contra el uso de Organismos Genéticamente Modificados (OGM), y repartir de forma sostenible el agua, que es un bien público. 

¿Cuál es la importancia de la Soberanía Alimentaria?

Existen 4 pilares de la Soberanía Alimentaria:

Disponibilidad

Significa que haya suficientes alimentos para satisfacer a toda la población. Además implica que el alimento es un derecho y no una mercancía, por eso es importante que toda la población tenga acceso. Se tiene que priorizar el abastecimiento interno antes que la exportación.

Adecuación

La alimentación debe ser adecuada en términos de cantidad, calidad y cultura . Esto significa que todxs deben poder alimentarse con productos sanos, seguros, y suficientes. Además escasean los alimentos naturales mientras que abundan los productos procesados.

Accesibilidad

Toda la población debe tener acceso regular, permanente y libre a los alimentos. Se refiere a accesibilidad física y económica: acceso físico a donde se consiguen los alimentos y, a la vez, un precio accesible para toda la sociedad. Esto fomenta los mercados locales.

Sustentabilidad

Significa cumplir con el derecho a la alimentación sin poner en riesgo el derecho de las futuras generaciones. Por eso el uso de agroquímicos es perjudicial, ya que degradan los suelos.

Amenazas a la Soberanía Alimentaria

Existe una relación entre el avance de cultivos industriales y de exportación con el retroceso de la producción para la población local. En nuestro país se consumen frutas, verduras, lácteos y carnes que fueron desplazadas para el cultivo de soja o aumentaron de precio. Estos alimentos son cada vez menos accesibles para los sectores populares.

Las multinacionales del agro y los medios sostienen que se producen alimentos para millones de personas. Pero el poroto de soja es el principal cultivo y no se consume directamente, sino que principalmente se exporta para alimentar cerdos y aves en otros países.

TERRITORIAL

¿Cómo podemos proteger la Soberanía Alimentaria?

  1. Democratizar las políticas públicas para el agro con participación de la agricultura familiar, campesina, e indígena.

  2. Convocatoria a foros federales de discusión, análisis e implementación de una reforma agraria integral.

  3. Políticas de acceso a la tierra o de legitimidad sobre la vivienda.

  4. Limitar la aplicación de agrotóxicos.

  5. Fomento de la agroecología con semillas protegidas de la apropiación corporativa y producidas localmente.

  6. Políticas de compras públicas a la agricultura familiar, campesina, indígena, PyME y asociativa.

  7. Fomento de circuitos cortos de comercialización y vinculación directa de lxs productorxs con lxs consumidorxs.

  8. Impedir la monopolización de las cadenas agroalimentarias.

  9. Fomento del arraigo rural con infraestructura, educación, comunicación, salud y cultura.

  10. Control del comercio exterior por parte del Estado Nacional.

Consciente Colectivo y la Soberanía Alimentaria

En Consciente Colectivo reivindicamos la Soberanía Alimentaria como un horizonte a seguir, a través del cual hacer realidad un modelo alimentario saludable y sostenible. Luchamos por la implementación de políticas para una mayor producción agroecológica, lo cual implica disminuir el uso de agroquímicos en las frutas y verduras que consumimos a diario. Para esto, creemos de vital importancia fomentar los circuitos de comercialización y vinculación directa entre lxs productxres y lxs consumidorxs. En un contexto de más del 40% de pobreza, donde la única fuente de alimento de muchos hogares se obtiene de la asistencia alimentaria del Estado, la cual es una de las grandes generadoras de malnutrición en nuestro país.